Rusia puede acelerar sin darse cuenta la transición energética

Un efecto paradójicamente positivo de la invasión rusa de Ucrania es que se espera que las emisiones globales de gases de efecto invernadero alcancen su punto máximo en 2025 y luego comiencen a disminuir, gracias a una mayor inversión en energías renovables causada por la «profunda reorientación» de los mercados energéticos mundiales. Así lo afirmó la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su informe anual publicado el pasado 27 de octubre, ocho días antes del inicio de la conferencia mundial sobre el clima COP 27 que se celebrará en Egipto. Sin embargo, la agencia advierte sobre las diferencias entre países ricos y pobres en términos de inversiones en energía limpia, y pide un gran esfuerzo internacional para reducir esta «brecha preocupante».

“La crisis energética mundial desencadenada por la invasión rusa de Ucrania provoca cambios profundos y de largo plazo que pueden acelerar la transición hacia un sistema energético más sostenible y seguro”, subraya la AIE en la presentación de su informe. “Los mercados energéticos y las políticas públicas han cambiado, no solo para el presente, sino también para las próximas décadas”, dice el director general de la organización, Fatih Birol. Si bien algunos países actualmente buscan aumentar o diversificar sus suministros de petróleo y gas, muchos buscan acelerar la transición hacia la energía limpia, señala la AIE.

La «ruptura» de Europa con el gas ruso se produjo con una velocidad «que pocos creían posible» hasta el año pasado, añade la agencia, y Rusia es incapaz de reconducir la exportación de su gas a otros países. En ninguno de los tres escenarios previstos por la agencia, las exportaciones rusas de petróleo y gas vuelven al nivel de 2021, y en uno de ellos, la participación de Moscú en el mercado mundial de petróleo y gas se reduce a la mitad para 2030.