Las brujas de Halloween que maldijeron Wall Street
El 31 de octubre de 1968, el día de Halloween, trece brujas con muchos sombreros, capas y plumas en el pelo, se presentaron en Wall Street y, en medio de las miradas atónitas de hombres trajeados, lanzaron una maldición. «¡Mundo financiero! ¡Mundo financiero! ¡El palacio más poderoso que existe está aquí! ¡Truco o trato, perfecto financiero, abajo en Wall Street!”, gritaban, y como llegaban se iban.
En sus mantos estaba escrito Bruja: bruja, en inglés, pero también las siglas de Women’s international terrorist conspiracy from hell (BRUJA). Eran feministas a partir de la experiencia de New York radical women (NYRW), uno de los tantos grupos feministas activos en Estados Unidos en los años sesenta, que fue fundamental para el movimiento: las mujeres que lo integraban acuñaron consignas que se grabaron en historia, como la hermandad es poderosa«La hermandad es poderosa» y «lo personal es político».
Dos facciones se enfrentaron dentro de la NYRW: la feminista radical y el feministas socialistas (o politicos). La primera afirmaba que el enemigo de la mujer es ante todo el patriarcado y, por tanto, contra el patriarcado hay que luchar optando por el separatismo, mientras politicos creían que el movimiento de liberación de la mujer debía ampliar sus objetivos aliándose con las demás almas de la izquierda estadounidense, incluidos los hombres: contra el patriarcado, sí, pero también contra el capitalismo, el consumismo, el racismo, la opresión de clase.
El día después de la redada de Wall Street, se difundió la noticia de que las brujas habían hecho perder 13 puntos en la Bolsa de Valores de Nueva York (las acciones financieras que habían perdido valor y dijeron a los periodistas que ellos eran los que maldecían).
Dado el éxito de su acción, después de dar en el corazón de las finanzas globales, WITCH decidió atacar de frente la institución del matrimonio: durante la feria nupcialla Feria de Novias de Nueva York, lanzó cien ratones
en la audiencia repartiendo volantes que decían: “A las mujeres se les enseña desde la infancia que su único propósito en la vida es convertirse en esposas y madres de los hombres. El matrimonio es el ritual simbólico de nuestro paso legal de la propiedad del padre a la propiedad del marido”. Durante la acción cantaron: “Aquí vienen los esclavos. Directo a sus tumbas”.